En República Dominicana, la sociedad 50/50 es casi una costumbre.
No porque lo diga un libro.
Simplemente porque suena “justo”.
Pero muchas veces, es un error.
Porque la mayoría de las sociedades que yo he visto se arman así:
uno pone el dinero y el otro pone el trabajo.
Y aunque 50/50 suene equilibrado, no lo es.
¿Por qué?
Porque lo que termina pasando es que la persona que no puso dinero se pasa toda la vida “pagando” esa inversión con trabajo.
Y solo puede disfrutar de las utilidades.
Eso no es ser socio. Eso es ser esclavo de la promesa.
Primero, entiende esto:
Ser socio y ser empleado son cosas distintas.
Un socio puede ser empleado.
Ambos socios pueden ser empleados.
Pero una cosa no sustituye la otra.
Ejemplo sencillo:
Si tú contratas a un gerente general que no es socio, tú le pagas un sueldo.
Si le das acciones, es otra conversación.
Pero el sueldo no tiene que ver con la participación.
Lo mismo aplica contigo.
Si tú eres el que está trabajando el negocio, te toca sueldo.
Y si no pusiste dinero, pero tu rol es clave, entonces eso se negocia.
Pero no necesariamente te toca la mitad.
No todas las sociedades deben ser 50/50.
Y tu sueldo no tiene nada que ver con tu participación.
Es solo el pago por el trabajo que haces.
Nos vemos mañana.
—Félix Rosa, The Money Coach