Antes de cerrar la serie de los primeros 30 días y empezar con cómo darle la vuelta a un negocio que no está rindiendo, faltan tres piezas clave para cerrar el ciclo de fundamentos:
Hoy vamos con el primero.
Hablar de presupuesto puede sonar aburrido. Pero tener un negocio sin presupuesto es como manejar sin GPS.
Yo sé que a veces da miedo ponerse metas, sobre todo si te la pusiste el año pasado y no la lograste. Pero eso es parte del juego. Así como se afina un producto o un servicio, se afina la capacidad de presupuestar. El truco es revisar y corregir. No frustrarse.
Y aquí te voy a pedir que te enfoques solo en tres cosas del presupuesto:
Hacer un presupuesto no es difícil.
Lo difícil es tener la disciplina de revisarlo cada mes.
Ver si estás cumpliendo, si te estás acercando. Si dijiste que ibas a invertir en crecer, y lo estás haciendo. Si prometiste gastar menos, y lo lograste.
Porque un presupuesto es eso: una correa que te recuerda hacia dónde dijiste que ibas.
Una manera de tomar decisiones de adulto. De decir: “Yo quiero A, y eso significa que tengo que apretar en B, C y D”.
Nos vemos mañana con el equipo ideal.
Félix Rosa, The Money Coach