Ya me voy acercando a los 40.
Y aunque el primer libro de negocios que me leí fue a los 16, creo que mi mente todavía estaba muy joven. Agarré algunos conceptos de forma muy religiosa, en blanco y negro. Pero vale la pena hacerle una mención especial.
Hoy empiezo una serie en la que voy a compartir los libros que me han cambiado la forma de pensar como empresario, por lustros (cada 5 años). Esta es la primera parte: los que leí entre los 20 y los 25.
Fue el primero. Me enseñó a enfocarme en mi negocio. En ese momento, lo interpreté como que ser empleado era el camino "pobre" y tener un negocio el camino "rico". Hoy, con más madurez, entiendo que ser empleado es una opción válida para mucha gente, según sus talentos y aspiraciones. Pero en mi caso, sentí que mis habilidades iban a rendir más si me enfocaba en negocios. Esa fue la lección que se me quedó.
Este libro me marcó profundamente. Me enseñó a pensar primero en el otro, a comunicarme con empatía, a diseñar propuestas o conversaciones desde lo que puede interesar a la otra parte. No como una manipulación, sino como una filosofía de vida. En los negocios, esa forma de pensar te da poder sin tener que empujar.
En ese momento, yo tenía una relación medio rara con las ventas. Sentía que venderse a uno mismo era algo como "pushy". Este libro me hizo ver que los ricos no tienen miedo de autopromocionarse. Si lo que ofreces ayuda, si tu producto resuelve, ¿por qué no vas a hablar de eso con orgullo? Yo creo que sin ese libro, The Money Coach no existiría.
Este libro me habló de poder personal. De que yo tengo mucha más influencia sobre mi vida de la que creo. Me habló del placer y el dolor como fuerzas que dirigen nuestras decisiones, y de que si logro asociar placer a lo que me conviene (y dolor a lo que no), puedo cambiar hábitos y dirigir mi vida mejor. Ahí conocí el PNL, el coaching y el crecimiento personal.
Este me cambió la manera de ver los negocios. Me enseñó a pensar como si estuviera armando una franquicia, a crear sistemas desde el día uno y a entender que aunque yo soy importante, no debo ser indispensable. Si un negocio solo funciona si yo estoy presente, entonces no es un verdadero negocio.
En un mes volveré con la segunda parte: los libros que me marcaron entre los 25 y los 30.
Nos vemos mañana.
Félix Rosa, The Money Coach