Una de las razones por las que muchos negocios no crecen es porque contratan desde el miedo.
Y cuando tú contratas desde el miedo, contratas chiquito.
Contratas al que te resuelve el tapón del momento. Al asistente, al que cobra barato, al que hace “de todo un poco”.
Pero si no diseñas tu equipo ideal desde la visión, no estás construyendo una empresa.
Estás sobreviviendo.
Yo he cometido errores. También cometí este, pero no en esta empresa
En el desarrollo de la firma, desde temprano entendí que tenía que contratar desde arriba.
Hoy en Account One tengo una gerente de impuestos que es mi mano derecha.
¿Por qué? Porque yo no soy el técnico fiscal.
Mi rol es ser el puente entre el empresario y su contabilidad.
Traducir el código tributario a decisiones reales. Ayudar a que la contabilidad no sea un trauma.
Pero para que eso funcione, necesito tener a alguien mejor que yo en impuestos.
Y la tengo.
También estoy formando una implementadora experta.
Porque cuando un cliente nuevo entra, no basta con entregarle una carpeta:
hay que enseñarle a usar su software, pasar su data que viene de otro software, y ayudarle a entender y hasta a enamorarse de los números que está viendo
Eso no se logra contratando chiquito.
Yo no me imaginé una firma con 10 clientes y una contadora.
Yo me imaginé una firma moderna, con software, procesos y gerencia.
Desde el día uno, diseñé el organigrama ideal.
Y tengo pensado en ese organigrama la directora de ambos departamentos, el de contabilidad y el de impuestos.
Tengo un equipo de implementación que quizá hasta se convierte en otra empresa.
Y sé lo que no va: por ahora, auditoría no está en la visión.
El equipo ideal no nace. Se diseña.
Y ojalá que tu primera o segunda contratación sea desde arriba.
Una persona con alma de gerente y sueldo de mando medio.
Una persona que te ayude a armar, delegar y crecer.
Porque si tú no diseñas ese equipo ideal hoy, lo vas a construir igual…
pero en 10 años, no en 2.
Y el costo de ir lento es carísimo.
Hasta mañana.
Félix Rosa, The Money Coach