Ayer te dije que ver tu contabilidad una vez al mes es como mirarte al espejo sin ropa.
Hoy te digo algo más real:
Un solo mes no te dice mucho.
Lo que te dice la verdad es comparar.
Si estas viendo el estado de resultados de un solo mes o de un solo año puedes pensar...
- Estos ingresos fueron como bajos… ¿comparado con qué?
- Estos gastos están como altos… ¿más altos que cuándo?
- Mi beneficio como que bajó… ¿con respecto a qué expectativa?
Por eso ver un estado financiero (de resultados o de situación) de un solo período no sirve de mucho si no tienes con qué contrastarlo.
Pero cuando los pones uno al lado del otro, empiezas a entender mejor
Y ahí empieza tu entrenamiento. Empiezas a enseñarle a tu cerebro lo siguiente:
- ¿Cuál es tu venta mínima para ganarte un peso?
- ¿Cuál debe ser su costo promedio? En dinero y en %
- ¿Cuánto es lo razonable que le pagas a cada suplidor?
- Cuidando tus márgenes, y viendo si debes negociar o cambiar suplidores
- ¿Qué gasto no debe pasar de X monto?
- Revisando presupuesto partida por partida
Esto es lo que hace que los estados hablen.
No son solo números. Son pistas. Son señales. Son tu historia.
Y no te estreses si al principio te cuesta.
Ver estados es como montar bicicleta: al principio estás inseguro, luego lo haces en tres minutos sin darte cuenta.
La meta es que tú sepas, cada mes, si estás ganando dinero… o si el negocio es el que te está gastando a ti.
Nos leemos mañana.
Félix Rosa, The Money Coach