Para nadie es un misterio que, con el desarrollo de la inteligencia artificial —y pronto con el desarrollo de agentes con IA (que harán tareas por nosotros)—, las tareas repetitivas y mundanas que hacemos los contadores, como la digitación de facturas o los asientos contables derivados de esa digitación, probablemente desaparecerán.
No porque ya no se hagan, sino porque nosotros no tendremos que hacerlas. Esto representa una ventaja, como también representa un riesgo. Podremos atender más clientes o ampliar el alcance de nuestros servicios, pero al mismo tiempo podemos empezar a vernos menos necesarios.
Ahora, de lo que nadie está hablando en ese mismo tenor es de la facturación electrónica, y cómo ésta pudiera representar un riesgo mayor, sobre todo para los contadores que se dedican a ofrecer igualas solamente con fines fiscales.
Ojo, esto no es por nada malo, de hecho es por algo muy bueno, ya que uno de los beneficios de la facturación electrónica es facilitar los trámites y agilizar el envío de información por parte de los empresas a la DGII.
Pero ¿y si toda tu práctica se basa solo en igualas con fines fiscales? ¿Pensarán los clientes que ya no te necesitan? ¿Te pedirán que les reduzcas el precio? No sabemos, pero lo mejor es estar preparados, y para eso quiero dejarte mis conclusiones.
Inicialmente el 607, poco a poco el 606 y luego quizás hasta los IR-2 sugeridos
Tan pronto te vuelves emisor de comprobantes electrónicos, el envío del formato 607 ya no es necesario, porque prácticamente estás enviando cada factura de venta de manera inmediata a la DGII.
En un futuro en el que la mayoría esté en facturación electrónica, los 607 de todas las empresas a las que tú les compras alimentarán tu 606.
Claro, esto no incluye TSS ni IR-3 todavía, pero puedes ir entendiendo cómo se reduce y casi se automatiza la carga de las presentaciones mensuales. Es como si todas las empresas dominicanas tuvieran impresoras fiscales tanto de ventas como de gastos.
Cumplimiento Fiscal no es igual a contabilidad
El cumplimiento fiscal alimenta la contabilidad, pero no es la contabilidad completa.
El cumplimiento fiscal es importante, hacerlo correctamente nos evita multas y sanciones, pero una cosa es cumplimiento fiscal y otra muy diferente es tener un estado de resultados (para mencionar uno de ellos) con transacciones catalogadas correctamente, según cuentas contables.
Si algo como la facturación electrónica simplifica el cumplimiento tributario, creo que puede ser hora de subirle el nivel a nuestra práctica contable y apoyar aún más a esos negocios que asesoramos.
Para apoyar aún más esos negocios que asesoramos, tenemos dos rutas:
Ruta 1: Bajar un poco los precios y atender a más clientes.
Si antes, digitando y enviando formatos, podrías tener 20 clientes al mismo tiempo, con facturación electrónica y cuando el envío de los formatos no sea necesario, pudieras tener 40 o 50 clientes.
Ruta 2: Aportar más valor redefiniendo el rol del contador.
Cumplimiento fiscal no es contabilidad. Cumplimiento fiscal es cumplir con la DGII y contabilidad en principio es tener todas las transacciones correctamente asentadas para tener información para tomar decisiones.
¿Y qué es lo que cada vez necesitan más los dueños de negocios en RD y Latinoamérica?
Personas que los ayuden a tomar buenas decisiones.
¿Qué tal si nos inclinamos más a llevar una contabilidad completa? Con entregables como estados financieros mensuales, conciliaciones bancarias al final de cada mes, e incluso en algunos momentos del año nos convertimos en asesores financieros de nuestros clientes, no solo contadores, sino contadores/financieros.
Conclusión
La verdad es que esto está lejos de pasar de forma generalizada. La primera responsabilidad que se eliminará será el 607. Para que el 606 se reduzca casi en su totalidad y para que empiecen a llegar declaraciones de IR-2 sugeridas falta bastante tiempo.
Pero lo que quiero es poner el tema sobre la mesa, porque no tiene nada de malo crecer, no tiene nada de malo mejorar como contadores y menos aún adelantarnos a lo que puede venir.
Ahora que todavía no ha entrado en vigencia total la facturación electrónica, es el mejor momento para mejorar nuestra firma, nuestro servicio y nuestro posicionamiento como contadores.